¡Cuan felices son las miríadas de manifestaciones!
Mientras más altibajos hay, más alegre me siento.
Feliz el cuerpo sin karma ominoso,
¡en verdad, la interminable confusión es una dicha!
A mayor temor, mayor es mi alegría.
¡Dichosa la muerte de las sensaciones y pasiones!
¡Mientras mayores sean la angustia y la pasión,
mayores serán el gozo y la alegría!
¡Qué felicidad no sentir achaques ni enfermedades,
qué felicidad: dicha y sufrimiento son uno;
qué felicidad jugar con el movimiento corporal
gracias al poder que surge del YOGA!
Saltar y correr, danzar y columpiarse
es aún más gozoso.
¡Qué felicidad cantar el canto de la victoria,
qué felicidad cantar y tararear;
aún más gozoso es hablar y cantar en voz alta!
FELIZ ES LA MENTE —PODEROSA Y SEGURA—
que se ha empapado del reino de la totalidad.
Extrema felicidad
es la autoemanación del autopoder;
felices son las miríadas de formas, las multitudes de revelaciones.
Como obsequio de bienvenida a mis fervientes discípulos,
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